Enfoque terapéutico
Aunque la ciencia pueda parecer algo "frío", tengo la suerte de que en mi profesión se unen rigor y calidez humana.
Mi práctica se sustenta en la evidencia científica disponible y en modelos psicológicos validados.
Combino un clima terapéutico cercano y flexible con estrategias basadas en la investigación. Además, mi formación constante y mi compromiso con ofrecerte el mejor servicio posible me permite seguir creciendo cada día.
Tratamiento basado en la evidencia e integral
La escuela de tratamiento en la que se basa mi enfoque terapéutico es la Terapia Cognitivo-Conductal (TCC), que es la que mayor evidencia científica ha demostrado a lo largo de los años y es la base de las Terapias de Tercera Generación. Además, al haber estudiado el grado en la Universidad de Málaga, esta es la principal corriente que se enseña.
Vamos, que podríamos decir que es la que he mamado "de toda la vida".
Dentro de esta gran escuela de psicoterapia, se tiende a ver la conducta humana como la interrelación entre:


CONDUCTA-PENSAMIENTO-CONSECUENCIA
De ella saco las herramientas para poder organizar el caso y darle forma, porque ayuda a concretar cosas que nos parecen muy abstractas o grandes. Es decir, poder dibujar un contorno de qué pasa y qué está influyendo en esta situación, teniendo en cuenta tanto variables pasadas y actuales; lo que vemos (conducta) y lo que no (pensamientos/creencias); y , casi que lo más importante, qué función tiene (para qué me sirve) eso que hago que yo creo que es malo, pero que seguro cumple alguna función (habitualmente del tipo: evitación/huida).
Algunas de estas herramientas son (tranquilo/a, esto te explicaré cuando vayamos a usarlas qué son y para qué lo usamos):
El Análisis Funcional de la conducta que queremos cambiar.
Autorregistros. Para ayudarnos a tomar conciencia real de cuándo pasa lo que no nos gusta, en qué situación suele darse, qué queremos hacer diferente, cuáles son nuestras emociones en esa situación, y qué alternativas tendríamos.
Reestructuración cognitiva. Identificar y cuestionar pensamientos automáticos o distorsiones de nuestro pensamiento (cuando algún pensamiento se nos queda en bucle), para poder quitarle fuerza y ser conscientes de una alternativa más realista.
Experimentos conductuales. Que yo te diga que "X-pensamiento" no tiene por qué ser real, no te sirve de mucho, y más si es algo que llevas tiempo pensando. Así que la mejor forma de hacer las cosas es justamente así, haciéndolas. Son pequeñas pruebas para ir desmontando la fuerza de las creencias, haciéndolas más flexibles.
Gestión emocional como elemento fundamental
Habitualmente, aquello que hace que acabemos haciendo lo que ya sabemos que no nos gusta, y que nos sabemos la teoría son las emociones.
Y justamente sentía que la Terapia Cognitivo Conductual se dejaba fuera ese elemento tan importante. Porque tú puedes saber perfectamente que no debes enfadarte y ponerte como un loco/a con tu pareja porque hace esa pequeña cosa de siempre; "pero es que no me puedo controlar".
Para darle la atención necesaria a esa parte, y poder hacer una integración del todo que es una persona, también me formé en Terapias de Tercera Generación, especialmente: Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y Terapia Dialéctico Conductual (DBT).
Gracias a ACT podemos trabajar en acercar nuestra conducta (pensamiento y comportamiento) hacia nuestros valores (¿Qué le da sentido a mi vida?) e identificar en qué "trampa" hemos caído:
¿Mis pensamientos o emociones han tomado el control? Aprendemos a identificarlos, evitar que se vaya retroalimentando, a través de la respiración y técnicas de detección del pensamiento. Escucho lo que mi mente tiene que decirme, pero no me dejo llevar por ella.
¿Vivo poco en el presente? Nuestra mente está diseñada para generar pensamientos, son infinitos. Pero este poder puede alejarnos de vivir lo que tenemos delante; quedando demasiado absortos por el futuro o demasiado machacados por el pasado.
¿Estoy haciendo lo que tiene sentido para mí o lo que se supone que tenía que hacer? ¿O lo que me evita sufrimiento? Quizás no has tenido la oportunidad de pararte a plantearte esto. Quizás si estas leyendo esto, sea tu oportunidad de hacerlo.
Una de las claves más grandes para tener mejor salud emocional y psicológica es cómo nos tratamos a nosotros mismos cuando lo estamos pasando mal. Más concretamente, ¿Cómo te hablas a tí mismo? Lo que suelo ver en sesión son personas cuyo diálogo interno es totalmente machacante y agotador. Esto acaba generando vivir con miedo de escuchar a mi cabeza, a que algo se salga del plan, a equivocarnos, porque será horrible convivir con ese "compañero de piso" que ya tiene el látigo preparado. Para esta finalidad, la DBT se centra mucho en la función que tienen las palabras que usamos y la importancia de un diálogo interno constructivo, que cuide de mí, pero no me sabotee.
Contacto
+34 624 065 849
rosariorubiopsicologia@gmail.com
@rosariorubiopsicologia
